En 1987, el sacerdote
benedictino Jaime Reyes, quien fungía entonces como rector del Santuario
Diocesano Nuestra Señora del Carmen en La Santa Montaña, se encontraba orando
en La Santa Peña, cuando Nuestra Madre le reveló cinco misterios llamados
Apostólicos, que debían añadirse y rezarse junto a los 15 misterios
tradicionales del rosario.

Rosario con los misterios apostólicos que utilizaban las
Siervas de Vuestra Madre en
La Santa Montaña.
Foto cortesía de Sor Julia Hernández, Siervas Carmelitas de
Cristo Rey.
En 1989, como parte de la celebración del vigésimo quinto
aniversario de la fundación de la Diócesis de Caguas, el prelado de dicha
sede episcopal, monseñor Enrique Hernández Rivera, promulgó dichos
misterios.
Dicha orden se cumplió
mediante la distribución de una hoja en que aparecían y se explicaban estos
misterios: El Bautismo de Jesús, La Elección de los Apóstoles, La Prédica y los
Milagros de Jesús, La Transfiguración de Jesús y La Institución de la
Eucaristía.
En esa época había dos
comunidades religiosas diocesanas establecidas en el Santuario Nuestra Señora
del Carmen en San Lorenzo: la Asociación Pública Pía Siervos de Nuestra Madre,
dirigida por el padre Reyes y las Siervas de Nuestra Madre, dirigida por Sor
Julia Hernández. Los miembros de ambas comunidades comenzaron de inmediato a
lucir rosarios de 20 misterios en sus vestimentas y a rezarlos de manera
privada.
El 16 de octubre de 2002 [13 años más tarde] el
Papa Juan Pablo II introdujo una nueva serie de misterios
llamados Luminosos y que resultaron ser idénticos a los Apostólicos revelados
por Nuestra Madre al padre Reyes, introducidos por este último en La Santa
Montaña de Puerto Rico en 1987 y divulgados por monseñor Enrique Hernández Rivera
en la Diócesis de Caguas en 1989.
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